Recuerdo de una libertad, de nombre, Libertad, una mujer de una lucha interior, de una fortaleza, de una energía, paseaba cada tarde por aquel jardín, y se renovaba, y se decía, se sentía, cuando vivía ese amor hacía Anselmo, su marido, el padre de su hijo, Alfredo, formaban una unida familia, con esa sensibilidad que parecía una magia interior, yo a Libertad, tuve oportunidad de conocerla en esa iglesia, que asistía algún domingo, nos dimos la paz, y a la salida, nos presentamos, charlamos, y dió comienzo para las dos una bonita amistad, que duraría muchísimos años, venía a mi casa, iba yo a la suya, recuerdo esas tardes ante el café en ese bar del barrio, entre risas y sonrisas, más tarde venía Anselmo a recogerla, y los dos caminaban de la mano, era un amor tan dulce, tan sentimental, que en ocasiones, me emocionaba de verlos tan felices, derrochando ese amor infinito, con los años, las ausencias, el olvido, la enfermedad del olvido en su mente, y esa tarde de su partida en un otoño, que invitaba a otro recuerdo, en sus muchos recuerdos...Feliz inicio de semana para los familiares y amigos de enfermos de alzheimer.
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