Manuela era esa belleza personificada, que dejaba la magia en sus palabras, en sus echos, en sus momentos, era de esas personas maravillosas, que te encontrabas de vez en cuando, en la vida, siempre con esa sonrisa en los labios, con ese brillo en su mirada, estaba enamorada de Andrés, su príncipe azul, su encanto, su maravilla, tenían dos hijos, un destino único, sabía lo que quería, lo que amaba en cada segundo de su existencia, Manuela era amiga, de todo el mundo, de ese alrededor que ya le pertenecía, estaba feliz con esa vida que llevaba, con sus hijos, con sus nietos, le encantaba de viajar de conocer ciudades, playas, de conocer otras gentes, era una cultura andante, le gustaba pringarse de vida, de espíritu libre, de sensaciones maravilladas, y al final cuando el tiempo hizo de las suyas, Manuela perdió esa memoria, y la enfermedad del olvido, le llegó, estaba en su mente, para que olvidara tantos recuerdos, el olvido, fue ese último viaje por su vida, en otra vida...Feliz tarde de martes, para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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