El amor que se profesaban, German y Generosa era superior a todas las fuerzas, eran esa pareja idílica que dejaba esencia de inspiración y melancolía, cuando se les veía en aquel paseo ambos de la mano, compartiendo esa pureza de sentimientos, se habían enamorado casi de niños, y derrochaban esa esencia de la pureza, de la positividad, se casaron, tuvieron dos hijos, tres nietos, y reinaba la magia, entre ellos, y la melancolía nunca tuvo espacio en sus vidas, a los dos les encantaba el baile, la diversión, el pasarlo lo mejor que podían, vivían en esa permanente luna de miel, porque se querían, se admiraban, se decían palabras bonitas al oído, eran esos Romeo y Julieta, de cualquier siglo, en su siglo, dos adelantados a su tiempo, en el amor, en los verdaderos sentimientos, cuando ella murió, Germán, se sentía desdichado, la amó tanto, la admiro tanto, entró en una depresión, y ya no quería vivir, porque ella ya no estaba a su lado, la enfermedad del olvido, los años, la llevaron al lado de su Generosa, un amor de verdad, su amor...Feliz inicio de semana, para los familiares y amigos de enfermos de alzheimer.
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