Tal vez el pasado, quedado en esos tiempos de azúcar, le recuerdo sentado en aquel banco del parque cerca de su casa, se llamaba Dámaso, siempre sonreía, tenía esa sonrisa para todo el mundo, para su alrededor, para su esposa, Teresa, para sus hijos, Alex y Mateo, para sus nietos, Vero, Lara, Alberto y Mario, para sus mejores amigos, era un señor emocional, resultaba agradable tenía su vida, viviendola como él quería, fue un buen electricista, vivía en ese pueblo, años más tarde se fue a vivir a la ciudad, ya su ciudad, aquellas tardes de verano,eran para Teresa, esa dulzura personificada, aprovechaban los bonitos minutos, para buscar esa felicidad, que ya les pertenecía, Dámaso era un duende de su propia vida, con esos éxitos, que eran sus canciones ante sus amigos de toda la vida,le gustaba cantar, tocar la guitarra, siempre fue un músico y para él era esa profesión frustrada, los años fueron sucediendo, Teresa se fue a su mundo, y Dámaso, comenzó con esa enfermedad del olvido, deteriorándose y olvidándose de aquellos recuerdos de un hermoso ayer...Feliz viernes para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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