Se llamaba Renna, llegó un día de Venecia, en unas vacaciones de verano, con su amiga Sahen llegaron a esa ciudad pequeña que es la nuestra, eran las fiestas mayores, las importantes, en aquel baile conoció a Lorenzo, y no lo se, fueron las miradas, las sonrisas inesperadas, el encanto personificado de ambos, que ese Cupido hizo que se acercaran comenzaran a bailar y aquel baile duro toda la vida de esa bonita unión, eran los mejores amigos de mi padre, solían venir a casa, nuestras charlas distendidas alrededor de esa mesa camilla, en ese café de la tarde, en un domingo cualquiera, fueron demasiados años que me parece que fue hace unos minutos, Renna, siempre fue la simpatía personificada, la risa, y la sonrisa, la alegría, junto con Lorenzo, su esposo que era igual a ella, formaban un tándem perfecto, con el suceder de los años, Lorenzo falleció de forma repentina y en esa soledad, Renna no encontró un cariño, un abrazo, y la tristeza se apoderó de ella, llegando a esa enfermedad del olvido, que ya no fue una memoria, fue el infinito que se perdió en otro camino...Feliz jueves para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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