La conocí una tarde de invierno, en la casa de mi amiga Marga, aquella excelente persona a la que nunca olvido, tenía una simpatía fuera de lo normal, a la vez que un agradable sentido del humor, estaba con su marido, Félix viendo a nuestra amiga, estaba feliz, porque habian tenido a su primera nieta, Vivián, y se sentía como locos de contentos, estuvimos pasando un rato en animada charla, y siempre me quedo con esas anécdotas maravillosas, fue una merienda sumamente amena y distendida, ella era de Bilbao, llegó un dìa a nuestra ciudad por amor, había echo un viaje en un autobús y tuvo la oportunidad de conocer a Esperanza, habían tenido tres hijas, y con esa primera nieta, ya tocaban ese cielo con las manos de pura felicidad, se dedicaba a la enseñanza en un colegio, y así durante muchos años más, hasta que cuando comenzó, su retiro, la muerte de su esposo, la soledad, esa enfermedad del olvido, hizo acto de presencia en su mente, y Esperanza tuvo que ser ingresada en un centro de enfermos de Alzheimer, hasta sus últimos días, hoy es ese recuerdo de un ángel de la vida, que ya nos protege...Feliz martes para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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