Recordando a Carmelo, un duende de la vida, de los pensamientos positivos, de esas miradas a la luna, le encantaba pasear por la arena, y observar ese mar, que amaba, que le parecía una perfecta poesía, le calmaba mirar fijamente esas olas que iban y venían y nunca estaban quietas, los barcos que zarpaban, el sol que resplandecía en ese cielo azul, Carmelo adoraba el baile, de la mano con su esposa Serafina iba los dos a pasar un rato de bien y fenomenal, tenían cuatro hijos, cuatro nietos, y dos perros, llevaban una vida de un rosa en azul, con los años, el tiempo trascurrido, la enfermedad del olvido, negó sus recuerdos, y se fue un día dónde el ángel de la Guarda, le cuida, y le calma...Feliz martes para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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