Begoña era una narradora de cuentos, en aquellas tardes de lectura para los niños, en esos días de verano en el pueblo, mujer maravillosa, siempre con ese sentido del humor, siempre con esa filosofía de la vida, llegó años atrás a la ciudad, estuvo unos años, después regreso a ese pueblo, nuestro pueblo, y comenzó a vivir su vida a su manera, con su misma ilusión, con Fernando su pareja compartía amor, encanto, profesión, y esa doble simpatía, nuestros encuentros eran de charlar de nuestras cosas, de nuestros momentos en un segundo, tenía dos hijas, Begoña y Araceli, dos bondades personificadas, con una energía y un anhelo interior, compartíamos comidas, merendolas, reuniones de lectura, ante esos cuentos personificados, los años, las bodas de sus hijas, sus nietos, la partida de Fernando, la soledad que se convirtió en un daño para su mente, comenzó con los olvidos, y finalmente Begoña, sólo fue un presente, sin pasado, porque en su memoria, ya no cabía nada, ya no fue, en ese cuento, de años de un ayer, sin volver...Feliz domingo para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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