HERMENEGILDO...

Era su nombre largo, su nombre insecto como decía una profesora de mi juventud, y era uno de esos hombres que agradaba solamente con conocerlo, sonreía a cada momento, se dedicaba a las labores del campo, en un pueblo andaluz, más tarde se vino a vivir a la ciudad, a nuestra ciudad, y durante años, hizo amistad con mi padre, cuando se veían en el casino a jugar a las cartas, y esas tardes de charlas, tomaban ese café de los domingos, yo lo solía llamar Herme, para abreviar, porque de lo contrario era muy complicado, estaba casado con Lucrecia y tenían dos hijas, Esther y Gloria, y cuatro nietos, Miguel, Antonio, Carlos y María, la única chica, algunos veranos solían ir a la playa unos días, y Herme venía como nuevo, porque le iba muy recomendable el agua para sus piernas, con los años, se fueron a vivir a un pueblo y Herme comenzó con sus despistes, con sus desorientaciones, y eso era el principio de esa enfermedad del olvido, tuvieron que ingresarlo en un centro y allí terminó sus últimos días...Feliz inicio de semana para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.