En el pensar, Agustín, ese señor de un humor inquietante, conocido de papá en esos tiempos de otra azúcar, era de muy lejos, pero a nuestra ciudad llegó por amor a Dulce, su esposa, una divinidad de señora, que le amaba con todo su corazón, les gustaba de bailar, de juntarse con esos amigos que como ellos, amaban el baile, compartían veladas en aquellos salones maravillosos, Agustín era un filósofo de la cultura, del arte en general, de vez en cuando hacía viajes para ver galerías de arte en otras ciudades, y obras de teatro, que también le encantaban, sus hijos les animaban para que fuesen a ver excelentes obras, y solían disfrutar y vivir la vida a su manera, con los años, la enfermedad de su esposa, y la ausencia, hicieron que Agustín ya no quisiera vivir, y se dejo morir, con esos olvidos, ante esos olvidos, que desembocaron en esa enfermedad del olvido, llamada Alzheimer, unos años después se fue, a su mundo, y hoy sólo es un recuerdo imborrable...Feliz miércoles para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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