Se llamaba Regina, llegó un día de muy lejos, y se quedó, bailo con él, Fausto, y ese amor, hizo que se quedará en nuestro pequeño pueblo, después llegarían los hijos, una vida maravillosa, porque era una mujer amable con la gente, con esa dulzura interior que le hacía ser especial, que le hacía ser auténtica con el mundo, no tenía miedo a nada, a nadie, le gustaba el riesgo, el abismo, sin mirar atrás, sabía siempre lo que quería, cuando llegaron sus nietos, todo fue alegría en la vida de Regina, el día que la vinieron a visitar sus familiares de su ciudad, era muy agradecida, con esa sonrisa de agradecimiento cada vez que nuestras miradas y nuestras charlas se encontraban, la recuerdo con esa inmensa felicidad que la embargaba, con la positividad que la caracterizaba, cuando el olvido llegó a su existencia, se refugio en el cariño de sus hijos, de sus nietos, que aunque ya no les conocía, sabía que la amaban, que la idolatraban hasta su despedida, entre la emoción, y el abrazo eterno...Feliz inicio de semana para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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