Para Tomas todo era oscuridad en su vida ante la enfermedad del olvido, llevaba cinco años, sin reconocer, sin memoria, desorientado, con la mirada perdida con los sentimientos vacíos, dominando la ansiedad y el escalofrío, en su juventud había sido un aventurero de cada momento, de cada segundo, de su existencia, un adelantado a su tiempo, le gustaba de tirarse en paracaídas, subir las montañas cada verano, se levantaba antes del alba, y con ese grupo de amigos, comenzaba su aventura, también le acompañaba su compañera, Tessa, y los dos compartían esa afición sin miedo a nada, los hijos heredaron el espíritu libre de su padre, y años después solían ir a escalar esos mallos, las montañas, y sentir esa brisa en el rostro en el centro de su cuerpo, a Tomás también le gustaba de asistir a esos actos culturales de la ciudad, de recitales de poesía, disfrutaba escuchando a los actores decir ese decíamos ayer, con esa maravillosa voz, que ha este hombre de libertad en su interior, le encantaba, su vida fue muy enriquecida con un toque de mucho color y cóctel de ilusión por todo lo que hacía, hoy Tomás sólo es una sombra de un abismo sin retorno...Feliz sàbado para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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