La señora Sacramento, era la sencillez de la naturaleza, era mi vecina en la ciudad, durante muchos años, estaba casada con Bernardo, y tenía dos hijos, y dos nietos, que eran esa alegría de vivir para ella, trabajaba por las casas, o cuidando señoras mayores, cuando quedo viuda, solía ir a dar una vuelta por los alrededores del barrio con otra amiga, al encontrarnos, siempre nos solíamos saludarnos con cariño, y efusividad, era una persona que transmitía, esa confianza que hacía que me sintiera más como si la conociese de toda la vida, la señora Sacramento era muy discreta, no le gustaba de meterse con nadie, ni de ser hipócrita con los demás, cuando comenzó con la desorientación, la pérdida de memoria y el olvido en su mente, los hijos le pusieron una chica para que la cuidase, pero cuando su enfermedad fue más dura, en el centro pasó esos días de oscuridad, y alguna sonrisa, y al ir a visitar, me miraba, y me decía gracias, hija por acordarte de mí...Feliz miércoles para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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