Como si se tratase de una película del más puro amor, Ramón, el día que conoció a Inés, se sentía el hombre más feliz del mundo, la primera sonrisa, la mirada cómplice, ese primer cafè, el sentido del humor de los dos, el comienzo de una bonita amistad, para terminar en el más idílico de los amores, eran pura poesía, eran encanto personificado, eran la sensación de una vitalidad, el día que se casaron, porque querían unir sus vidas, ser felices, querían ser esas almas gemelas que se necesitaban, Ramón, era un pintor excelente, Inés daba clases en la universidad, nunca tuvieron hijos, porque el amor de los dos, ya era el suficiente, programaban su vida, de una manera divertida, solían ir a bailar, a danza, eran dos luchadores de su propio destino, con los años, Inés, comenzó a perder su memoria y a no conocer, Ramón la cuidó hasta el último momento, aquel olvido por parte de su amada, no fue un inconveniente para darle cariño, amor, sensibilidad...Feliz martes para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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