Fueron sucediendo los años, para Trinidad, aquella señora de un pueblo de alrededor que un día llegó a la ciudad, allí plantó raíces, vivió en una casa maravillosa, con su esposo, Pascual, con sus hijos, el tiempo fue rápido, la vida iba siendo como una película, los momentos, las risas compartidas, la complicidad, los viajes, las bodas de los hijos, los nacimientos de los nietos, cuando llegaba el verano, los días de playa, los paseos frente al mar, saboreando la arena, observar los dos las olas, la vida de Trinidad, fue en calma, en tranquilidad, familiar, amando a sus hijos, divirtiéndose con sus pequeños nietos, ver como iban creciendo, la enfermedad de su esposo, la partida, la tristeza de ella, el no querer vivir, la enfermedad del olvido, internada en un centro, su mente que ya no era, las visitas a ese centro, ya no le quedaba la sonrisa, sólo una tristeza sin saber porque, con un porque...Feliz fin de semana para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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