La tristeza de Amaya, mi gran amiga, ante la pérdida de su abuela Nicolasa, que se ha ido de su lado, a consecuencia de esa enfermedad del olvido, ese alzheimer, que tras siete años, con sus correspondientes fases, ha dicho adiós sin decir nada, porque últimamente sólo era un vegetal, en una cama de hospital, la abuela Nicolasa, siempre fue una persona especial, simpática, valoraba a su familia, a sus hijos, a los nietos, se casó con un capitán de barco, Isaac, un aventurero adelantado a su tiempo, ella fue modista, en aquella tienda de moda, la sonrisa de Nicolasa era auténtica, tenía ese sentido del humor, y esa forma de tomarse las cosas con filosofía, ante esa sonrisa en los labios, se desvivía por todos sus nietos, pero con Amaya, era una relación de charlas continuadas, abrazos, y fuertes besos, demostrando ese cariño inmenso que tenía hacía su abuela, muchos años después cuando a su mente llegaron los olvidos, fue una situación difícil, para Amaya, que al ser la nieta mayor tuvo que tomar una drástica decisión, cuando se fue su abuela, fue un golpe de tristeza, para ella, que la lleva a cada momento en su sentimiento más profundo...Feliz miércoles para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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