El señor Juan, era la elegancia en su sola persona, había llegado de su Madrid natal, a nuestra ciudad, por cuestiones de amor, de sentimientos, Angela, mi vecina, le había conocido en uno de sus viajes hacia la capital de España, todo comenzó en una agradable charla para concluir en una amistad, que desembocaría en amor, se casaron una tarde de primavera, y durante toda su vida, vivieron su felicidad a tope de ilusiones y de buenas nuevas, nunca tuvieron hijos, pero se tenían el uno al otro, se amaban hasta las últimas consecuencias, a los dos les apasionaba la lectura el leer libros horas y horas, y también asistían a clubs de lecturas, por las mañanas solían hacer deporte en el gimnasio del barrio, y las tardes eran de caminata hacia el buen tiempo, el señor Juan era la calma, la inspiración, con el suceder de los años, el olvido, esa enfermedad del olvido se plasmó en su cabeza, y eliminó sus recuerdos y sus memorias, Angela lo cuido, siempre estuvo a su lado, dándole todo ese amor que le había dado el resto de su vida, cuando Juan se fue, Ángela le llevaba flores a ese Camposanto, y rezaba, y le decía, fue ese amor de siempre, inolvidable...Feliz martes, para los familiares y amigos de enfermos de alzheimer.
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