Lágrimas de otro querer, una maravilla de señor, de ángel en su propio mundo, se llamaba Diego, era la divinidad en persona, periodista, escritor, amante del cine, del teatro, de la escena en general, un día de un recién iniciado invierno llegó de Nueva York, esa ciudad urbanita, con esa elegancia, de una gran ciudad, con sus rascacielos, con sus jardines, con esas gentes de un sitio para otro, siendo uno el mismo en otro lugar, para Diego todo fue fácil y difícil a la vez, porque estaba adaptado a esa libertad, a ese origen, pero tenía que emigrar a esa otra pequeña ciudad, tenía su trabajo en el periódico, conoció a Esther, su otra mitad, su inspiración para ser feliz, se casó, una tarde de primavera, tuvieron tres hijos, Laura, Clara y Arturo, eran la sensibilidad en la persona, con una simpatía que atravesaba el mundo, Diego escribió ese libro, Lágrimas de otro querer, que fue su talismán, su recuerdo, en el mismo recuerdo, le dominaba el escribir, la aventura de una única aventura, hasta que los años, le quitaron esa memoria, ese anhelo de aventura, la enfermedad del olvido, lo llevo a otro mundo, y dejó este mundo...Feliz inicio de semana para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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