La recordada Nati, en esos momentos de autobús, hacía el pueblo, con esa sonrisa que le iluminaba el rostro, tenía ese encanto en todo su ser, toda su vida había sido cocinera en una gran hotel, y cuando se retiró se fue a el pueblo, para sentir esa tranquilidad que tanto necesitaba, una mañana de muchos años se casó con Bernardo, y fueron muy felices, padres de dos hijos, Fernando y Mateo, esa razón para vivir la vida de una manera especial, en ese pueblo, Nati, era feliz, su grupo de amigas, sus juegos de la tercera edad en el parque, los senderos de una felicidad renovada, sus nietos, Koldo y Michel, especiales como ella, y auténticos como ellos mismos, Nati era una mujer encantadora que nos hacía sentirnos bien, cuando ya tuvo en su mente la enfermedad del olvido, su mundo se vino abajo, y esa tristeza en su interior por no conocer a nadie, la llevo a su destino, en su propio destino...Feliz verano para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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