Pensando en Caridad, que nos dejo hace un año, por esa enfermedad del olvido, fue una señora como la copa de un pino, con esa admiración por cada uno que le rodeaba, vivía el amor de una forma profunda, le apasionaba leer, pasar esas largas horas frente a esa ventana, disfrutando de la lectura, Caridad era única en todos los sentidos de la palabra, la recuerdo de la mano, de su esposo, Rafael, un ser maravilloso, y una persona excelente, fueron padres de dos hijos, Víctor y Rafael, y de cuatro nietos, Aroa, Marta, Diego y David, eran cuatro duendes de su propio destino, admiraban a su abuela, porque era para admirarla, superó varias enfermedades, tenía una fortaleza superior, también le gustaba el baile, esos bailes de salón, fueron a participar con Rafa, a varias competiciones, y se sentía de una manera especial, su sonrisa, estaba en sus labios, a cada paso que daba, Caridad, era una encantadora de los momentos, de la claridad, de la esencia, ese olvido, le llegó a los noventa, con una vida, que supo vivir, que supo encontrarse a si misma, porque era ideal, un recuerdo para esa Cari...Feliz miércoles para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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