Aquella Carmina en su puerta las tardes de ese verano, cosiendo, en silencio, y cuando llegaban sus amigas, alrededor de ella, charlas, anécdotas, y la salida de su marido a su encuentro, cuando llegaba de ese bar, los hijos que la iban a visitar, era la era de Carmina, su momento, su segundo en una felicidad que le pertenecía, cuando nació su nieta, Carlota, su nieto, Mario, su otra nieta Sofía, eran alegrías en su vivir, su trabajo de costurera en esa tienda, la llegada a la ciudad, su costura hacia esas tiendas, las tardes de esos domingos, en los bailes de la tercera edad, Carmina, era única, especial, única, en mi adolescencia, ella era mi confidente, era mi amiga a pesar de nuestra diferencia de edad, para la amistad no hay edades, todos somos iguales, el alma no entiende de sonrisas y charlas, recuerdo en la fiesta de la graduación de Carlota, cuando nos presentó a su noviete, Sergio, los cumpleaños, las fiestas de la ciudad, fueron muchos los momentos al lado de Carmina, los años, sus despistes, los noventa, la enfermedad del olvido, ese centro, sus últimos días, y un adiós, me queda la huella imborrable de su inolvidable amistad...Feliz domingo para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario