Señora Estefania, esa maravilla, de persona que un día conocí en el paseo marítimo de Alicante, en ese mes de agosto, fue el comienzo de una bonita amistad, que verano a verano fue forjándose para ser fortaleza interior, estaba sensible ante la existencia,de una nueva filosofía en su devenir de esa interioridad, amaba con locura a sus hijas, era viuda desde hacia unos años, una tarde compartimos mesa de café, y me contaba, le contaba, eramos dos vivencias andantes, estaba feliz y ella también, cuando llego la tristeza a su vida, fue el olvido en su mente, que ya no pudo controlar, sus hijas la ingresaron en un centro, y al poquito tiempo, se fue a su otro cielo, donde hoy es luz, pureza, y horizonte de otro recuerdo...Feliz miércoles para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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