Antonio subía la escalera de su casa, cada día, y la bajaba, y le encantaba hacer ese ejercicio, y le mantenía en forma, esos paseos al inicio de una primavera, disfrutar de sus nietos, de su esposa, Beatriz, de sus amigos, de tantas cosas que para él, eran lo más importantes, los viajes, las ilusiones motivadas, los segundos de risas compartidas, todo terminó con el suceder del tiempo, la enfermedad del olvido en su mente, el centro, las visitas de sus seres queridos, la mirada perdida, y el olvido hacía esa escalera, que subía y bajaba, y que se quedó en alguna mente de otras horas de un ayer...Feliz sábado para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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