Pensando en Verónica, mi amiga a la que conocí en Madrid, una tarde de un verano en ese paseo de la Gran Vía, iba con su abuela, Eugenia, una señora con ese toque de elegancia y de autenticidad, tenía una magia especial en sus palabras, en su forma de ser y de ver la vida, era la maravilla y la experiencia personificada, le cogí un cariño inmenso, ella no era de aquí, no era española, había venido un día a la capital de España, de vacaciones con unas amigas de su país, era de La Habana, y conoció a Andrés el abuelo de Vero, y fue una amor a primera vista, ese flechazo hizo que lo dejase todo y se quedará en nuestro país, vivieron un amor inmensamente bonito, se casaron un primero de mayo en la Iglesia de los Jerónimos, él trabajaba en una joyería y Eugenia cosía para las tiendas de moda, tuvieron tres hijas, Roxana, Marta y Laura, que era la madre de mi amiga, y cuatro nietos, Eloy, Vero, Sandra, y Cristina, formaban una familia muy unida, inmensamente unida, con el paso de los años, la pérdida de varios seres queridos en la familia de Vero, Eugenia comenzó con esa enfermedad del olvido, que la llevo a su final, me queda esa simpatía y esa manera tan bonita de ver la vida...Feliz sábado para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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