La tia Dulce era esa serenidad de mujer, cercana a la perfección, sabía ser en cada momento, le encantaba el cine, esas películas en blanco y negro, apostaba por la filosofía de todas las cosas, nunca ponía barreras a nada, a nadie, enamorada de la vida, del amor por Nico, su esposo, adoraba a sus hijos, Pablo, Virginia y Alba, a sus nietos, Michi, Edurne, Alejandro y Arturo, para la tía Tula, todo el mundo que le rodeaba era especial, sabía ver lo positivo de las cosas, de las personas, cuando el tio Nico, se fue, ella se centró en sus amigas, en la cafetería, en ese recuerdo de tiempos pasados, y con los años sucedidos, le llegó esa enfermedad del olvido, y ese mundo se derrumbó, dejó de ser, de permanecer, y quedó como una gota en otra dulzura...Feliz sábado para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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