Diario de otras costumbres, cuando Lorenza salia a la plaza del pueblo en compañía de sus amigas, y charlaban de lo divino y de lo humano, y sabían ver el lado positivo de las cosas, Lorenza había llegado de muy lejos, a nuestro pueblo, y rápidamente se hizo amistades, encontró el amor a una edad tardía y comenzó a vivir, a saber lo que quería a sus paseos matutino, conmigo fue una amistad muy especial, que me llenaba de espiritualidad y de maravilla, fueron años maravillosos, nunca se enfadaba con nadie, era una señora muy tranquila, muy en calma consigo misma, cuando llegó esa enfermedad del olvido a su mente, en la vida de Lorenza todo comenzó a ser diferente, más triste, y se fue despidiendo del mundo, y de su vida en otra azúcar...Feliz inicio de semana para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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