La recuerdo a cada paso que doy en mi vida, sentada allí en ese banco del parque, siempre con su presente, con su perrito de paseo, y con esa terrible simpatía, se llamaba Milagros, era amiga de la abuela, llevaba viuda unos cuantos años, tenía tres hijos, y cuatro nietos, le encantaba la costura, era un modelo a seguir de la forma que cosía, hacía trajes de novia, muy bonitos, recuerdo nuestras vivencias, esas charlas, cantaba, bailaba, relajaba su alma en aquel parque, me miraba, la miraba, y se producía entre las dos una sonrisa, fueron años bonitos de una gran dulzura, en esos tiempos de una azúcar incorporada, cuando comenzó con esa enfermedad del olvido, todo ese mundo, esa vida interior cambio, hasta que un día partió, Milagros hacía otro renacer...Feliz viernes para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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