De nombre, Ángela, era una belleza personificada de su propio tiempo, se sentía libre como una paloma, independiente como una partícula de aire, sensible en otra sensibilidad, amada y enamorada, le gustaba la lluvia, con ese paraguas, que le daba ese toque romántico, era la sonrisa de cada momento, de cada día, sus hijos, eran esa debilidad, sabía ser esa bocanada de aire fresco, escribía a la vida, al amor, a las estrellas, cuando su pareja murió, ella miraba cada noche y la que más brillaba decía que era él, que la observaba y la protegía, ese ángel de la guarda la acompaño siempre, hasta que esa enfermedad del olvido, le eliminó esos recuerdos bonitos de su mente, y se dejo ser, en otro segundo de otra vida...Feliz viernes para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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