Se llamaba Teresa, era una mujer de esos siglos de antes, dónde la mujer tenia que ser una reprimida y no decir, y no responder, vivía con su hermano, Antonio, en su casa, los dos solteros, pero ella con novio desde hacía muchos años, se casó ya a los casi sesenta y tantos, después de un noviazgo, sin esa chispa de encanto, ella se acostumbro a vivir así a verlo en los días de fiesta, a ir en compañía de una carabina, y en una palabra a no ser una mujer con esa libertad, para decidir, no sabia lo que eran las ilusiones, porque no la dejaron tenerlas, a ese hombre no sabía realmente si le quería o no, era el elegido, para que se casara, ya no tuvieron hijos, porque ya no era el momento, cuando Teresa quedó viuda comenzó a ser ella misma, se fue a vivir a la ciudad, y comenzó a pensar por su propia forma de ser, a destacar y sintió esa bocanada de aire fresco, que hacía tiempo no sabía que sentía, a sus casi ochenta conoció en un baile de la tercera edad a José, y entonces si que supo lo que era el amor, el sentimiento, la pasión, y su forma de ver la vida, lástima que cuando su pareja comenzó con esos olvidos, con esa enfermedad del olvido llamada Alzheimer le cuido, hasta el último momento, y al quedarse sola, con otro pensar, volvió a esa forma de ser...Feliz fin de semana para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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