Para Nicolás todo era más difícil en aquellos momentos de su vida, con ochenta años tenía ese Alzheimer que su mente ya no volvía a ser, estaba en un centro, dónde allí era cuidado, y estaba más relajado, en compañía de esos cuidadores que hacía que todo fuera un poquito más fácil, sus hijos y sus nietos iban a visitarle cada fin de semana pero él no sabía ya quienes eran sólo les sonreía y les decía gracias por venir a verme, la vida de Nicolás había sido muy intensa, y aventurera, fue capitán de barco, le tocaba de viajar, constantemente de conocer ciudades, islas muy bonitas, y en uno de esos innumerables viajes, conoció a Carlota su esposa, se casó, tuvieron cinco hijos y tres nietos, y esa vida fue divertida, apasionante y con otra luz, en sus ratos libres a Nicolás le gustaba de dar largos paseos por los alrededores de su casa o por la playa cuando se iban a descansar a la casa de la playa, frente a ese mar, se sentía con una calma infinita, con otra aura, y esa brisa que le acariciaba el rostro, eran la esencia por la que se sentía estupendamente, hoy Nicolás observa sin observar y es tratado con un cariño especial, porque él es especial...Feliz sábado para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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