Carmela, era la luz, la vida, ese torbellino de energía, le encantaba vivir, comerse el mundo, saborear a tope todas las cosas buenas de la existencia, le encantaban las caminatas, el azul púrpura, los besos en el centro de ese sol, sus chistes con ese sentido del humor en la reunión de amigos, Vicente su gran amor, sus hijos, Candela, Rosa e Irenne, sus nietos, las amigas de siempre, la otra ciudad, esa playa, el mar, la arena, esa mitología de los minutos en esa paz, los años, el olvido, ese Alzheimer, y Carmela quedo al fondo de mis recuerdos...Feliz viernes para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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