Se llamaba Maria Magdalena, y la llamabamos, Mamag, era una bendición de mujer, discreta en su forma de actuar, con ese pensamiento sereno, auténtico, con esa sonrisa siempre en los labios, cantaba en sus ratos de otros sábados en ese bar, adelantada a su tiempo, se casó con Fernando, y fue feliz, encontró esa felicidad, tuvieron dos hijos, Carolin y Eduard, y cuatro nietos, Anibal, Xavier, Diego y Amanda, todos ellos su razón de ser, y ella abría esa ventana a la libertad, a su nueva realidad, el olvido fue el principio de su final y de su vida, hoy Mamag es esa luz que nos protege...Feliz miércoles para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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