Rosa era una de esas mujeres con otra mirada en la misma mirada, poeta de su propia vida, periodista, escritora, amante de los animales, a los que adoraba, le apasionaba ese mar, que le hacía sentirse en calma consigo misma y con el mundo, enamorada de David, de su alrededor, protectora con sus hijos, Alicia, Ángel y Rosa, y de sus nietos, Aroa, Lassi, Iván y Carlo, eran esa adorable familia que ella adoraba, la enfermedad del olvido llego a su vida como un huracán ante esos años vividos, y solo quedo una huella en otra mirada perdida...Feliz domingo para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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