Se llamaba Lucia, vivía en un pueblo de la provincia, estaba viuda, y solamente había tenido una hija, que era casada y con siete hijos, ella era una suavidad de persona, hizo amistad con mi padre, y más tarde conmigo, nos venia a visitar a nuestra casa, y cuando solía subir a la ciudad, quedábamos, y nos solíamos ir los tres a comer a un restaurante, ella había sido peluquera, y ya llevaba unos años retirada, se refugiaba en su hija, pero su yerno no se llevaba bien con la suegra, tuvo que irse a vivir sola, y entró en una pequeña depresión, que fue haciéndose más grande, porque los nietos, tampoco querían saber nada de la abuela, la enfermedad, del olvido, apareció en su vida, y después de un tiempo, la encontraron sin un hilo de existencia, Lucia, será recordada como una persona transparente, con esa sonrisa y esa paz interior...Feliz tarde y noche, para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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