ESE MARIO...

Ese Mario, al que conocí en ese gimnasio de rehabilitación a mis diecinueve, era un hombre interesante, atractivo, con una mirada especial, a sus cuarenta y seis años, tenia una esclerosis múltiple, y al paso de los años, se fue deteriorando hasta quedarse en una silla de ruedas, lo llevo muy mal, cayó en una depresión que desembocó en esa enfermedad del olvido, que ha echo que ya no conozca a nadie, lo llevan a un centro de día y su familia sufren por Mario, un hombre ya con esa mirada perdida... Feliz tarde a los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.