Frente a la ventana, allí en el centro de la residencia de enfermos de Alzheimer, Elías miraba sin mirar, y ya no podía pensar, mi tan siquiera recordar, hacia tres años, que aquella enfermedad se había ensañado con él, era viudo desde hacía más de veinte años, tenia hijos, que residían lejos, y todas las tardes, miraba a esa ventana, y veía ese cielo, dejando pasar esa vida, que un día fue para Elías, Esa vitamina de energía, donde bailaba en su juventud, quedada en algún olvido.
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