Aquellos divinos recuerdos, en la vida de Aurora, una mujer fuerte luchadora, con una gran fuerza interior, trabajadora como única, le encantaba ayudar a los más necesitados y hacer que los demás, lucieran una sonrisa en los labios, cuando cumplió ochenta, la enfermedad del olvido, la fue a recoger, y su pensamiento quedo perdido, ya no miraba, ya no sonreía, su cabeza ya no le pertenecía, Aurora ya fue, hoy no es..
No hay comentarios:
Publicar un comentario