En la memoria de Lupe, que un día su hija Lorien, encontró una carta, de su puño y letra que decía, Querida Hija, cuando estoy en mis plenas facultades todavía, quiero que un día, leas mis poesías ante el público de mi familia sobre todo a mis nietos, Rita y Marco, después de esa carta, Lupe encontró esa enfermedad del olvido en su camino, y si aquellas poesías se leyeron una tarde de verano, cuando ella ya no sabia, no entendía, pero al escucharlas recitar, solo dijo, mirando a todas, si son mías.
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