Aquella Cordobesa, llamada María, que llego un día a la ciudad, por ese trabajo, y ya se quedó, conoció a Esteban, su gran amor, y la felicidad fue un echo entre los dos, esa boda, la luna de miel, en Mallorca, porque aunque eran otros tiempos, afortunadamente se lo podían permitir, unos años después llegaron, Angela, y Mario, la vida de aquella familia, era una balsa de aceite, como se decía en esos tiempos de otros tiempos, María, era la inspiración, la sencillez, la imaginación en su sueño echo realidad, le encantaba bordar, coser, porque así su mente siempre estaba ocupada, con esa motivación, los paseos por la ciudad, cogida del brazo con su esposo, aquellos años, en Egipto, por temas del trabajo, el nacimiento de sus nietos, Paula y Cristian, los momentos de otra intensidad, las reuniones de amigos, las miradas a la luz de la luna, en esos veranos que brillaban con luz propia, los años transcurridos, la enfermedad del olvido, la partida de Esteban, la memoria en otro lugar de María, ese centro, sus últimos días, en otro recuerdo perdido en el paraíso...Feliz inicio de mes, para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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