Ante la suave fragancia, que la acariciaba el rostro, ante la ternura de tantos momentos, Sara, que recuerdos de ella, frente a ese mar, le calmaba ese océano, le encantaba nadar, era su libertad, la conocí en esa playa, un verano de mi juventud, y nos hicimos amigas, a pesar de la edad, era una mujer con esa modernidad, adelantada a su tiempo, tenía esa simpatía especial, esa forma de ver da vida, la realidad, se pasaba las horas, observando los barcos, la salida de ese sol, y ella caminaba por la arena, y se adentraba a ese mar, y sentía las olas, siempre le gustó el surf, lo hubiera practicado, pero decía que tenía una edad de falta de equilibrio, pero un día se atrevió, y fue el mejor día de su vida, Sara, se atrevía a todo, un día se enamoró de Fran, un hombre diez, le conoció en esa cafetería, y fue su luz, su vitalidad, su energía, su libro abierto de las maravillas de la vida, Sara y Fran, iban de la mano, el amor, el ensueño de esa dulzura, eran dos almas gemelas destinadas a encontrarse, los años, el tiempo, otra filosofía, y la enfermedad del olvido en Fran, hicieron que Sara, le diera ese inmenso cariño, esa serenidad, en esos últimos años de su vida, hoy Sara, sigue observando ese mar, y recuerda a su Fran, en el centro de esas olas...Feliz domingo para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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