LUCÍA Y AQUELLA SONRISA...

A Lucía la conocí una tarde de invierno en una cafetería, me hallaba junto a papá, yo tenía diecisiete años, nos miramos y comenzó nuestra charla, y desde aquel día tuvimos una amistad que duró años, nos visitaba en nuestra casa, nos contaba como se encontraba, su vida, el recuerdo de Rafael su marido, Ana su única hija sus seis nietos, ella vivía ilusionada con sus momentos junto a su familia, tenia ese punto de picardia en su sonrisa, en sus palabras, Lucía era un libro abierto a cada paso que daba, con el suceder de los años, sentía la soledad porque su hija no estuvo a la altura, la enfermedad del olvido apareció en su mente y Lucía se perdió en una tristeza infinita...Feliz día de lunes para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.