Aquellos recuerdos, que Gloria tuvo de otros años atrás, habían desaparecido de su mente, tenia esa enfermedad del olvido, vivía en el centro de la misma Asociación y era cuidada, tratada con mimo, con la esencia de esas monitoras, que ejercitarán en ella, para que estuviese mejor, cada día paseaba con su hija, y nunca sonreía, estaba sumida en una tristeza, sin saber un porque, de aquel pensar, sin pensar, y Lucrecia, su hija, también sufría, pero era lo que era en ese momento, Gloria solo era un ayer, sin pensamiento de este hoy...
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