LAS MAÑANAS CON ANGELICA...

Las mañanas con Angelica, eran especiales, nuestros abrazos en esos días de invierno, las charlas, las anécdotas sobre su vida de una juventud cargada de aventuras y de sonrisas, su marido, Victor, su hijo, Alex, y una vida dedicada a los niños en aquella escuela de ese pueblo perdido en las montañas, mas tarde llegaría su tercera edad, sus olvidos, en esa enfermedad del olvido, y su partida a esa otra vida, siempre en el recuerdo. Feliz noche para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.