Allí en ese cielo la señora Angélica esta para protegernos, era la bondad personificada, la melodía, el duende, la paz interior y la sensibilidad, tuve la suerte de conocerla en esa juventud, con sólo una mirada ella y yo nos entendíamos y con sólo una sonrisa ya salía ese abrazo cada mañana, su amor por José era esa maravilla que le hacía renacer, y su amor por sus hijos, Gemma y Juan era la estabilidad en su vida, más tarde llegarían sus nietos, Vega, Tatiana, Daniel y Carlos, ellos le aportaban esa felicidad de unos besos robados de amor hacia ellos, cuando la enfermedad del olvido llegó a su mente, la señora Angélica ya era una tristeza personificada, en un mundo que ya no le pertenecía...Feliz día de jueves para los familiares y amigos de enfermos de Alzheimer.
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